La ciudad cabalga a la intemperie
con nomenclatura de pez o mariposa
a un lado de la costa donde los indígenas
antes acudían
a beber en la ubre de la palma
y confiscar las aglomeraciones
del pescado
en las tabernas del océano.
Una constelación de muros a nivel del mar
tejido regenerado en la edad del hombre
antigua piedra sostenida por la cal
campanario plaza frailes tatuados
por la cruz y el diezmo.
La gota indígena en la nube alta
la estirpe cobriza al escape
evaporada como agua de charco
la pluma
en el tronco hueco de la noche
atisba las edificaciones
y sabe de dioses conjurados por el vino
gustadores de metales y pájaros
y abundancias.
Los tributos metálicos cubren cuanto
la vista abarca
cuanto la sotana
extendida puede tocar.
Navieros conducen a las estaciones
del quilate
donde oro y oro espada y cruz
dan origen a las catequizaciones
de España.
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