No sabe si es posible la cancelación impostergable que,
pese a todo está en pie por cosas de principio,
y simplemente vela el acontecer que se va de las manos.
De hecho que la vida hace sus jugarretas, sus trampas
y puede hasta ser lunática, errática, impredecible, oportunista
a perder o ganar caiga quien caiga.
De hecho parece que la vida puede hasta parecer una mujer frívola
o un hombre frívolo-puede ser? -Esto sería más justo,
no todas las veces dejar caer las tejas sobre la mujer.
De hecho parece que todo viene signado por la crucifixión,
y el sufrimiento se llama mujer, media naranja en desnivel.
De hecho existe un tiempo martirizado, desplomado, desplumado y
sin trino ni lluvia en la corriente clara
y el mundo filma horrores por los que nadie paga y vive la experiencia.
Mujer, mujer, dime qué ven tus ojos, qué viven qué procrean, cuánto
espacio de piel está sin hematomas en su cuerpo,
mujer, mujer, ¿qué vives con tu carne, con tu alma y sentir,
con tu paciencia bárbara?
-Dame la mano
- Tómala - tómala
-Ponte el anillo
-Ponlo
-Eres esclava y yo dueño
-No es cierto, contigo no he firmado papeles, es decir que la espuma no
cruzó el río, que no hubo mar revuelto en la ola aunque vivió la
pesadilla, el estrangulamiento sin redención de su alma, el ábrete,
el aflójate, hija mía acabo de saber que sufres, ¡qué penas acosan a la
vida! sufre la mujer agobiada por sus malos miedos
por sus ternuras sacrosantas y bellas, por los pudores de su corazón,
soy solidaria con mi hija, entraña de mi entraña.
Pues bien dame tiempo para pensar lo que pasó contigo
perdono y me predispongo a olvidar el nockout, en nombre del ábrete,
el aflójate, el te quiero y embriágate de mí lo que se dice hasta siempre,
la gente no permite el impudor, no es transigente con cosas de principio,
yo tampoco y lo sabes, levántate mujer, y me levanto,
y vivo entonces saboteando a la muerte, dándole la espalda al sinsabor,
pelando la cebolla y tecleando la máquina, aspirando a adquirir esa
computadora en homenaje a la poesía y al gran libro que quieres escribir
pero que aún no escribes.
y vive la mujer insertada en una lucha a ganar de todos modos,
dando la espalda al dolor,
siempre de regreso a la vida, los pies desnudos, imperfecto el decoro
de las lágrimas, el alto de su nombre, su poesía,
ella, la fregona, la puta, la putísima, la que sufre los hijos, la puta mala,
la que pare, la de las menstruaciones cada vez, la de los cambios de vida,
de empleo, de tristeza, la que lava, la pensante,
la tal vez prosaica, la dura, doctora, señora, campesina, urbana
o analfabeta, leal o adúltera en uso de sus facultades humanas,
y espirituales, la anormal apegada a la boba rutina
que no revienta de asco pero revienta
que no revienta de ira pero revienta, que se
enoja y vive cancelando el enojo, la perdonavidas, la dulce,
la equivocada que manda cartas a la luna y nunca pierde el corazón.
Mujer, esta es la canción para mí misma,
asume tu derecho a morirte de muerte inmortal
asume tu derecho de vivirte con real felicidad
asume el rotundo rechazo a los tormentos impuestos,
no mueras de marido, de hijos, de tristeza, de problemas
de situaciones y sábanas mojadas, demonios y estocadas,
que ningún íncubo te toque,
que la vida es para todos un duelo a muerte
entre sus derechos, sus sentimientos y la crueldad,
y hay que crear las vías para salir del pozo del embrollo,
de la ola salvaje, caballo de paso.
Siempre aferrada a la raíz del sueño,
que trae en su frente la vida como marca sagrada.
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