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Mi planta está cansada… Yo vengo de la tierra
que se vistió de sangre, que se vistió de horror…
mas ya pasó la muerte, con su tronar que aterra!
Ayer dejé la túnica roja de la guerra
para agitar la blanca bandera del amor!
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Yo vi llorar las madres cuando en el viento toca
a muerte y a tragedia el silbido del clarín…
Yo vi en el hombre al tigre con corazón de roca!
Y como un astro rojo sobre la tierra loca
pasar por los hermanos el alma de Caín…. |
Mas ya clareó en las sombras el divino incensario,
callaron los cañones, la bomba y el obús…
pasaron ya las Bestias del hondo visionario!
Surgiendo en las tinieblas el mártir del Calvario
rememoró la excelsa tragedia de la Cruz… |
Apunta un astro nuevo! Sus lampos soberanos,
bendecirán al suelo fructífero y feraz,
Limpiémonos de sangre las desgarradas manos!
doblemos la rodilla sobre la tierra, hermanos
para adorar de hinojos al ángel de la Paz… |
Vayamos a la lucha solícitas hermanas
qué importa que el trabajo disipe nuestras ganas.
No es un pensil la vida florido e ideal…
Pidamos al trabajo la fuente de la gracia,
echemos en olvido la vieja aristocracia,
del frívolo abanico y el guante medioeval… |
Cantemos al trabajo…Que en un feliz concierto,
labremos el futuro…Oh manos de mujer!
Borremos de los ojos nuestro pasado muerto,
en vez de sembrar rosas en el camino incierto,
quitemos las espinas que nos legó el ayer… |
¿Qué bellas son las manos de nieve que lo mismo
deshojan margaritas en tibio amanecer,
que en medio de la muerte, del triste cataclismo
saben cerrar los párpados con férvidos heroísmo
al pálido soldado que nunca ha de volver…. |
Publicado en:
La Estrella de Panamá. Domingo 11 de febrero de 1973.
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