el asunto
es comenzar,
no dejar el acto
en mitad
de su estructura,
abolir
las reglas
que emanan
desde arriba,
apretarse la conciencia
desde adentro,
abrirse la camisa
como en su propia
casa,
y salir sin dar un tumbo,
todo calculado
y decidido,
todo
infinitamente predeterminado.
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