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De perezosas sierpes negra trama
finge su luenga barba retorcida,
y es su frente a la cumbre parecida
que el sol calcina con eterna llama.
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El pensamiento que el Señor proclama,
al partir de su lengua conmovida,
como un gigante con la sien herida
lleno de furia se retuerce y brama!
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Sus fuertes nervios el furor violenta
cuando de Dios numera los agravios
de aterradora majestad cubierto...
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Hay en sus ojos brillos de tormenta
y parece que viene de sus labios
un soplo retumbante del desierto.
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Publicado en: Mis Versos
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