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No sé por qué presiento que las tranquilas
sonrisas de tus labios son dolorosas;
que hay duelos ocultos en las radiosas
noches estelares de tus pupilas.
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Que los dulces escorzos de tu estatuaria
tan sólo exteriorizan gestos escénicos;
y a través de sus ritmos, que son helénicos,
hay la actitud contrita de la plegaria.
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Y pues son tus sonrisas tan dolorosas,
¿Por qué muestras en ellas dichas tranquilas?
¿E ignoras que esos duelos, en tus pupilas,
las harían más nobles por más radiosas?
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¿Qué en vez de esos escorzos que son escénicos
y simulan los gestos de la estatuaria,
las actitudes tristes de la plegaria
serán triunfos más bellos, que los helénicos?
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La verdad es sagrada, y el mundo finge;
la verdad, por divina, por buena, enorme,
con sus luces de soles hace ya informe
de los mitos la inerte, mentida esfinge…..
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Darío Herrera, Febrero, 1908.
Publicado en:
Nuevos Ritos, Nº 25 de 15 de abril de 1908.
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