Escucha mi llamado imperioso
y vuelve para que con tu regreso
restañes las profundas heridas
que me laceran desde tu partida,
vuelve para que con tu retorno
me rescates del mar profundo
de desesperanza en que tu
despedida me ha sumido,
vuelve para que yo recobre
la serenidad que me proporciona
tu presencia.
Vuelve y con tu retorno
tráeme la felicidad que
me produce oir tu dulce
cadenciosa y sensual voz.
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