Me siento atrapado en una enorme red,
me encuentro en el intrincado laberinto de un
(amor no correspondido.
invoco a los moradores y visitantes del Olimpo.
A Zeus y su corte,
a ellos imploro ayuda y auxilio.
A Cupido ruego que arranque esta flecha
(que mi corazón atraviesa
Y que, con ello, aligere mi marcha.
A Hércules solicito fortaleza e ingenio
para romper las cadenas que me atan
a quien, quizás, mi amor no merece.
De Prometeo exijo su llama hurtada para que
(alumbre mi sendero
y enrumbe mi destino.
¡Dédalo! Abre las puertas de este infierno,
dejadme salir de este gran tormento. |