Tu Presencia en el crepúsculo lluvioso,
por Tristán Solarte
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La lluvia vespertina ha precisado
tu recuerdo: contemplo el cielo, el lodo,
la gris profundidad del aire, y todo
me define tu rostro acongojado.
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Como el agua, tu rostro ha salpicado
de marinas distancias y de yodo
todo el opaco atardecer, de modo
que el aire suena a mares fatigados.
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Tersura virginal, mejilla _ brisa;
temblor de acuario; dulce transparencia
de una lágrima; tímida sonrisa.
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Memento misterioso en la cadencia
del agua remachando en la repisa
la infinita oquedad de tu presencia.
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Del libro: Aproximación poética a la muerte y otros poemas
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