Las horas pasan como el viento,
sin detenerse en estación alguna,
para determinar el tiempo.
Y el hombre en su andar,
nota los años al pasar,
al pasar y volver la vista atrás,
observando un camino trillado,
que no se ha de volver a pisar.
Mas la mente, soñadora y viajera,
se aparta de la cruda realidad,
recordando lo que ayer,
quizás hoy pudo pasar.
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