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El sol se asomó en oriente
derramando claridad,
bañando de luz ardiente
los campos y la cuidad.
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De su calor necesitan
los niños para crecer,
las flores y las matitas,
la semillita al nacer.
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Las avecillas del campo,
las fieras en su cubil,
los animales gigantes
y el venenoso reptil
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Bendito sol que nos brindas
tu calor para vivir,
para ser fuertes y sanos,
para saltar y reír.
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Gloria a Dios que nos ha dado
un mundo lleno de amor,
de cuanto necesitamos:
aire, lluvia, luz y sol.
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Del libro: Mensajero del Reino
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