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Sale el sol por el Oriente,
por Oriente sale el sol,
con su faz resplandeciente,
y tu ojito brillador.
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Sube y sube por el cielo
derramando claridad,
por los montes y los mares
en el campo y la ciudad.
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Todo queda en movimiento
al salir la luz del sol,
que nos llena de contento
que nos da vida y calor.
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¡Sol, sol, padre sol!
¡Bendito sea Nuestro Señor!
que te manda cada día
con tu ojito brillador,
a anunciar un nuevo día
con tu dulce resplandor.
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Del Libro: Semillas al Viento
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