La amarga pena me persigue y dejo de soñar un instante y otro instante; se rompe el hechizo del recuerdo y el cauce de la sangre.
Oh, terrible fantasma de lo incierto; secreto helado, prematura muerte; insomnio renovado, magna cárcel y espina que no se haya y que se siente.
Del libro: Antología Poética