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POEMA AL CHAGRES, Río Padre y Madre de Panamá. Cuarta Proclamación: Contexto Ecológico Del Río Chagres, por Crescenciano Vásquez Salazar |
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Alrededor del afluente, la fauna es belleza;
mil, miles de especies: aves, vegetación y vértebras
silvestres son compañía incondicional en mis días,
tardes y noches; tibias, de frío, o de calor de invierno.
La Pájara Rabiblanca, el loro Turcán, presas de
la cacería; en sus aromas y cantares ensoñadores
hace sonoro el lamento. Luminosas las montañas
enriquecen las esperanzas ante el dolor, y el ahogo
temeroso de la escaldación que aniquila mi existir.
En determinados momentos, no siempre, porque en
ellos existo.
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Alborado floreste propio del entorno
estremecen mis entrañas de misterio.
¡Oh!, guabito de quebrada, representas
días en mis noches, lucero en los desvelos,
¡enorme!, ¡frondoso!, saciante de vida,
enjambre, refugio de aves, cabina de descanso
en los ratos de dolor, reposo y comidas
amigo, compañero de fatigas del Espavé
que en sus faldas y adentro de mi lecho
irradias fuerte aliento, con flora eres alimento.
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Árbol de gente, ¡Qué hubo Cuipo!,
con emotividad obsecuente ceñiste
en mis afluentes las redes, que te enriquecen,
la vegetación con hojas verdes, florecientes;
estructura natural, dotada de Igos, orificios
pestañeros curiosos, casi ojos como los frutos.
Eres marginado Iguerón, en el silencio,
varón bien dispuesto, estas expuesto al dolor
martirio mortal, víctima mercantil, sufrido,
de la deforestación que de cincuenta a cien te venden.
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Del libro Poema al Chagres, Río padre y madre de Panamá
Segunda Mención del Concurso de Poesía
Gustavo Batista Cedeño, 1994
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