 |
|
|
Me encuentro muy distante ha mas de veinte meses
y viva está en mi mente la virgen que adoré;
en las postreras horas la ví mas de diez veces
y al partir, con ella, mi corazón dejé.
|
Yo tengo su retrato, quizá no lo recuerde!
A ratos en silencio contemplo con pasión,
su bella faz angélica, y mi esperanza verde
se finge ya madura, al sol de la ilusión.
|
La ausencia es como el viento que anima llamas grandes
y apaga las pequeñas, tratándose de amor;
El tiempo y la distancia, mas grande que los Andes,
han vuelto mi cariño hacia esa bella flor.
|
Del Libro Jirones de Adolescencia. Roma, 1905
|
|
|
|
 |