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Tú:
¡siempre tú!
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En los diáfanos hilos
de la aurora
y en el frágil regazo
de las tardes que fenecen….
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En las horas silentes
que acompasa
el insomnio
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Y en todos los pasos
y en todos los caminos
que tejen mis ansias:
tú:
¡siempre tú!
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Publicado en:
Revista Preludios, de julio de 1936.
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