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Qué inmensa alegría,
qué felicidad!
Al fin he podido
escribir mamá.
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Y esa palabrita
tan dulce y tan tierna,
la escribí muy clara,
muy limpia y correcta.
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Y con cuánto orgullo
me gané en la escuela
un cinco muy grande
por esa tarea.
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Del Libro Versos Para Niños y
Por Los Caminos De Un Apostolado
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