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La casa del silencio
rómpese a menudo
y se escucha en el cielo
el tránsito del aire
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sobre mi testa terca
prodúcese su impacto:
reconozco en mí misma
la imagen fiel del canto
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capullo liso vuelve
a conocer mi mano
y en la ruta del labio
sangra lenta la herida
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Del Libro Piel de Gallina
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