De Mi País
Mi país es como un niño, a quién le duele el corazón.
Su piel húmeda de marinas embarcaciones
cada vez va desgajándose y cayendo en un canal
remoto de sueños deshabitados donde la
muerte construye su cabaña con muslos hambrientos y
trozos de dulces huesos anónimos abandonados.
Más, un día el amor secará con la toalla
de la tarde el recuerdo. Entonces, el higo, el nance,
galoparán salomas en las crines del viento...
¡Cada río será un hermoso pañuelo de palabras...!
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