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El Guayacán y el Niño, por José Franco |
El niño mira a los cielos
bajo un celaje encendido,
la belleza lo conmueve,
las luces de los racimos,
parecen que fueran de oro
salidos del paraíso.
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El niño interroga al árbol
que lo escucha conmovido,
¿De qué te asombras?, pregunta.
¿De qué te asombras cariño?
¡De tan hermoso ramaje
que te viste de amarillo!
¡Ja.. Ja, Ja!, el árbol ríe
y así le contesta al niño.
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Del Libro: Fábulas Infantiles
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