También muere el soldado
cuando una bala encuentra sus pulmones,
e infamante es su muerte
si carcelero fue de la esperanza
de quien a tiros la conquista.
Soldados somos
de ese ejército invencible que lucha
por arrancar del hombre
su ignorancia, sus hambres y pavuras:
esos castillos lúgubres
clavados en los huesos.
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