|
|
|
|
Por el amplio silencio del dolor se desliza:
su figura, terneza; su vestido, azahar.
Inestable paloma que su vuelo esclaviza,
arrullando un infante, suavizando un penar.
|
De su boca, que es vaso carmesí, la sonrisa
--incentivo, consuelo-- se desborda al cruzar.
Y es así como entonces el paciente divisa
la furtiva esperanza, de volver a cantar.
|
Que tal va por las salas la enfermera querida:
la poción en los dedos, en los labios la vida,
que con ellos quisiera presurosa partir.
|
Por lo mismo resalta del enfermo la duda;
pues no ve si es Hipócrates, o si, grata y menuda,
la sonrisa de ella, lo que le hace vivir.
|
Del libro: La Canción del Pueblo. 1939.
|
|
|
|
|
|
|