Renunciado a las erupciones caprichosas de mi mente
Amparado con la fuerza de la voluntad como el bambú contra el viento
Sereno como las hortalizas en la estación de los monzones
Hoy soy sin la noción de ser la mera ilusión que se dibuja en tus ojos
Soy la arena de las islas andróginas, el sudor en la frente de la cocinera
Soy el vino perdido en el castillo de la Atalaya, la carcajada del nonato
Soy la salvia de todas las arboledas y el furor de los amantes en vela
Soy una burbuja en el cielo, la cometa rebelde sin destino
La espuma del mar que acaricio tus tobillos
He estado aquí desde que surgió la primera mordida a la manzana
Y no me iré hasta que su árbol concluya su enseñanza
Soy la red del pescador de hombres, la sonrisa del emancipado
Y el flautín del ganadero
Soy la rosa de los vientos, la cadencia de la mulata
¡Soy el que sirve para ser perfecto y es perfecto para servir!
Soy la vida en su expresión máxima el perfecto arquitecto
Renunciando a las erupciones insensatas de mi mente
Soy indistinguible en el viento
Galopante a corazón ardiente en las praderas de la duda.
|