Nació en la ciudad de Chitré, provincia de Herrera, República de Panamá, el 21 de mayo de 1955. Fueron sus padres Pedro Antonio Correa Moreno y Ana Raquel Vázquez de Correa. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Hipólito Pérez Tello de la ciudad de Chitré, donde se graduó con honores en el año 1966. Sus estudios secundarios los realizó en el Colegio José Daniel Crespo de su ciudad natal, en el que se gradúo de Bachiller en Ciencias con el segundo puesto de honor en el año 1972. Realizó estudios en la Escuela de Química de la Universidad de Panamá. En 1973, obtiene una beca para estudiar Geología en Moscú. En Moscú logra ser el primer estudiante latinoamericano en cursar estudios en el Instituto Máximo Gorki, centro de estudios superiores de literatura para estudiantes de nacionalidad soviética y de alto índice académico, logrando en 1978, su diploma rojo, que representa máximos honores con el título de Master en Letras y Literatura.
Desde muy niño mostró sus inclinaciones artísticas hacia el dibujo, pintura, poesía y teatro. A la edad de 14 años, y con la orientación del maestro Pacifico Vega, gana su primer galardón literario con el poema Hispania en el corazón, en el concurso auspiciado por el municipio de Panamá, en 1970, para conmemorar el 12 de octubre. En 1972, siendo estudiante del colegio José Daniel Crespo, gana el concurso Intercolegial de Literatura, en la sección poesía con el poemario Cinco poemas de libertad.
En Moscú, publicó ensayos sobre literatura panameña, hispanoamericana y rusa, parcialmente recogidos en su libro Revelaciones publicado en 1985. Participó en programas culturales y en la traducción de películas rusas al español. También publica su pieza teatral Las viejas en la prestigiosa Revista Teatr. También en Rusia, la Editorial Melodaya Gvardia, imprime 30,000 ejemplares de su estudio y antología Poetas de América Latina.
En Panamá fue profesor titular en la Escuela de Español, donde impartió la cátedra de Literatura Universal en la Universidad de Panamá. También fue Subdirector del Departamento de Expresiones Artísticas de la Universidad de Panamá. Por más de quince años se dedicó a la docencia universitaria con verdadera dedicación y entrega en la escuela de Español y en la escuela de Maestría en Literatura Hispanoamericana.
Perteneció al grupo teatral “Los Trashumantes” mientras estudiaba química en la Universidad de Panamá, donde además condujo un Taller Literario en compañía de Manuel Orestes Nieto. También formó parte del Teatro Estudiantil Panameño y del Teatro Club de Panamá.
Publicó poesía, cuento, teatro, ensayos, artículos culturales periodísticos, crónicas, criticas de arte y traducciones del ruso al español. Dirigió con cierta constancia Talleres Literarios de Poesía. Ejerció el periodismo cultural, con columnas como “Temas de siempre”, “Escritura, escritores” y “Galería personal” en el diario La Prensa. Algunos de sus libros han sido traducidos al ruso.
Premio Universidad de Literatura en tres ocasiones; en 1973 con la obra Decálogo carnal con comentarios, sección poesía; en 1974 con su obra Principio de oscura sinfonía, sección poesía, y con su obra en prosa, Donde viven las bestias y otras salvajidades, gana el mismo premio en la sección cuento. Obtuvo en dos ocasiones el máximo galardón de las letras panameñas, en el Concurso Literario Ricardo Miró, con Plagio y La canción del pordiosero, publicados en 1982 y 1993, respectivamente, por el Instituto Nacional de Cultura. Publicó dos números de la revista Littera.
Contribuyó en la formación de una nueva generación de escritores y profesores de español. A Pedro Correa Vásquez se debe que, en 1992, el Instituto Nacional de Cultura instituyera el Premio Gustavo Batista Cedeño de poesía joven.
Para honrar su memoria, en el 2019, el Consejo Municipal de Chitré, crea la Orden al Mérito Intelectual “Pedro Correa Vásquez”. La biblioteca del Centro Regional Universitario de Azuero, de la Universidad de Panamá lleva el nombre del laureado poeta “Pedro Correa Vásquez”.
Falleció, asesinado, el 4 de enero de 1996.
Vivir, para Cioran, un autor favorito, es ir perdiendo terreno. Cada minuto de nuestra vida es, pues, un minuto más de muerte. La alegría por la vida es una postura ilusoria. Acaso por eso mismo la muerte sea un acto innecesario, la traemos desde nuestro nacimiento.
La abrupta salida de mi padre determinó en mi alma un terrible estado depresivo. Tal vez haya sido él, tan violento, tan romántico, quien me haya obligado a escribir estos versos. En todo caso, la advertencia se hace para que se sepa que el crédito es suyo.
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P. C. V.
Mayo de 1987.
PEDRO CORREA VÁSQUEZ
Explicación del título del libro para los lectores escépticos.
Es, en esencia, una mistificación. Yo, Pedro Correa Vásquez, el supuesto autor viejo de la obra, en el umbral de la muerte he conseguido, por fin, el dinero necesario para editar un libro que, por otra parte, no me pertenece: pertenece a cuatro autores ilusorios, todos con destino trágico (los cuatro se suicidan). Los autores son parte de la ficción del libro: cada uno tiene una biografía inventada, conocieron a nuestros poetas mayores: Korsi, Sinán. Nunca publicaron nada. Antes de morir me encomendaron la publicación de sus pocas producciones. Plagio, libro de ellos que publico con mi nombre, hace honor a la memoria de esos poetas desaparecidos que bien pudieron enriquecer la bibliografía panameña.
Del libro: Plagio. Primer premio del Concurso Literario Ricardo Miró, 1982, Sección poesía.
Publicado en: Revista Lotería. Nos. 322-323, enero-febrero, 1983. Lotería Nacional de Beneficencia, Panamá, 1983.
El Jurado de Poesía del Premio Ricardo Miró 1982, después de un estudio pormenorizado de las obras presentadas a su consideración, decidió lo siguiente respecto a su fallo:
Norma Núñez Montoto y Manuel Orestes Nieto, otorgan por mayoría el premio único a la obra titulada PLAGIO, amparada bajo el seudónimo “Ellos”.
El fallo de mayoría se fundamenta en el criterio de considerar que la obra premiada es excepcionalmente un desgarrador logro de unidad, contenido y estética.
Su autor nos entrega un libro de poemas caracterizado por una estructura que revela un ingenio creativo de calidad y recursos sorprendentes.
Su logro formal contiene una intención clara y precisa: lanzarnos a la cara, lectores y escritores, un reto para enfrentar esa zona de la creatividad, donde existe una tierra de nadie en la que todos podemos, conscientes o inconscientes, ser en cierta forma, víctimas o actores del plagio.
La originalidad radica en esa redonda formulación del autor para enfrentarnos al concepto que define desde el título: PLAGIO. Y para ello, lo que nos transmite viene dentro de seres ficcionados que se suicidan en puentes que aún no habían sido construidos; cita fuentes literarias falsas; escoge a un autor panameño de reconocida factura poética y se funde con él, “plagiando” su estilo, insinuándolo (¿y si fuera el mismo autor?); sus personajes los define como románticos y no hay en este libro poesía romántica, por el contrario, un oficio contemporáneo; se presenta una especie de antología de hombres muertos pero se habla sólo de un tema: la muerte. La muerte, terca, harto conocida, pero que aún hoy nos sorprende. La muerte, que en su infinitud, cosida a los fierros que en su dolor nos quema, saca lágrimas, patentiza ausencias, soledad, en fin, pare poesía. Más allá del dolor, más allá de la muerte, el hombre sigue siendo vivo “injerto” del mundo mejor que está en el reto cotidiano de ser.
El autor de este gran libro, que sólo plagia la caída que es la muerte, sin caer, reta a la vida para asestarnos que “cuando solo en la distancia las campanas dan golpazos”, no es tiempo de llorar, tampoco de morir, porque ningún reloj se detiene cuando “el corazón humano se ha parado;” es sólo que alguien, algo vivo, muy vivo, muy concreto, ha hecho volar su esencia para trascender de la única forma que procede.
Sin duda, estamos ante un libro que dignifica la literatura panameña de hoy y fortalece su trascendencia y es, a juicio del Jurado de mayoría, el único que hace honor para ostentar el título de Premio Nacional.
______________________ Norma Núñez Montoto |
______________________ Manuel Orestes Nieto |
Publicado en: Revista Lotería. Nos. 322-323, enero-febrero, 1983. Lotería Nacional de Beneficencia, Panamá, 1983.
Por Luis Carlos Jiménez
Con honda consternación fue enterrado en el Cementerio de Chitré, provincia de Herrera, el laureado intelectual y catedrático universitario Pedro Francisco Correa Vásquez, quien fuese asesinado y quien en vida se distinguió por su alto espíritu crítico literario, y su poética que de la arista metafísica vertebró su rumbo hacia una concepción lírica social.
El día 9 de enero, representantes del Departamento de Español de la Universidad de Panamá, la Decana de Humanidades, Dra. Enilsa de Cedeño; el Subdirector del INAC, el poeta Manuel Orestes Nieto; el poeta Pedro Rivera; el catedrático y premio Miró Rafael Ruiloba; el novelista Héctor Rodríguez; el poeta Pablo Menacho; el poeta José A. Carr y representantes de distintos grupos literarios existentes en el país, despidieron el cadáver del poeta Pedro Correa. A nombre del Departamento de Español y la Coordinación de la Maestría de Literatura Hispanoamericana de la División de Postgrado de la Facultad de Humanidades disertó el doctor y catedrático universitario Ricardo Segura J.
Estas fueron sus palabras en el cementerio:
“La muerte de Pedro nos duele porque fue injusta y arbitraria. Y es difícil reconciliarme con ella a pesar de nuestra convicción cristiana. Pero nos conforta el poder de convocatoria de cariño sincero que su muerte ha desatado. Esta congregación de colegas y amigos evidencian con su presencia luctuosa la estela admirable de admiración, respeto y cariño que legó el poeta en su breve jornada vital.
Pedro fue grande con su talento y nos ha dejado en la cumbre de su actividad docente y literaria. Pero en nuestros corazones él no ha muerto, porque sólo mueren aquellos que son olvidados. Y Pedro ciertamente no será olvidado. Porque él supo iluminar entre nosotros trochas de ciencia y belleza. Fue leal a sí mismo, admiró la inteligencia y la independencia del ser, y fue profundamente solidario con sus amigos. Fustigó la mediocridad, la hipocresía y la rutina. Hoy muchos talentos en ciernes, que se hicieron escritores bajo su alero austero, sentirán un dolor abismal con su ausencia física, la cual debe ser asumida como un reto para emular al joven maestro.
Pedro siempre se sintió un privilegiado portador de la esencia pura de la vida; su vida fue un anhelo tentálico de valores que evadían el cerco de su temporalidad. Pero hoy Dios le ha conferido el cimero galardón al hospedarle en la mansión celestial de los inmortales de las letras nacionales. Hoy, Pedro, estarás conversando amenamente con Sinán, Korsi y Miró.
Tanto tendrían que hablar sobre el estado de la cultura nacional.
Y nosotros, aquí en la morada terrenal sentiremos la luz de tu talento singular, cada vez que se asome el sol de la mañana.
Enhorabuena, poeta, ahora estás con los tuyos. Sé que eres feliz.”
Luego de transcribir esta pieza necrológica del Dr. Segura, cancelo esta crónica, a nombre del grupo literario León A. Soto, con la siguiente reflexión: Poeta Correa: cuando se ha vivido el ars estético como expresión de la condición humana y sus ambiciones de alegría vital, el artista permanece en lo que de telúrico hay en la humanidad.
Pienso que algo así quiso comunicarnos Herman Hesse (Premio Nobel de Literatura 1946) cuando escribió en uno de sus ensayos filosófico-literarios lo siguiente: “Jamás el género humano tuvo conciencia de su auténtica totalidad, sino cuando lo hizo a través de la expresión poética”.
Hasta luego, poeta
Panamá, 15 de enero de 1996.
Tomado del diario El Siglo (Dominical), Panamá, 21 de enero de 1996.
Publicado en: Maga, Revista Panameña de Cultura, tercera época, número 27, enero-abril 1996
Obras de Pedro Correa Vásquez |
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Título | Año |
Decálogo carnal con comentarios. Imprenta Universitaria, Panamá, 1973. | 1973 |
Punto crisis. Teatro Estudiantil Panameño. Centro de Impresión Educativa, Panamá, 1973. | 1973 |
Principio de oscura sinfonía. Universidad de Panamá, Panamá, 1975. Premio Universidad. Sección poesía, 1974. | 1975 |
Donde viven las bestias y otras salvajidades. Editorial Universitaria, Panamá, 1975. Premio Universidad. Sección cuento, 1974. | 1975 |
Las viejas. Pieza teatral publicada en la Revista Teart, Moscú. 1981. | 1981 |
Poetas de América Latina. Antología poética. Editorial Melodaya Gvardia, Moscú. 1981. | 1981 |
Rescate. Primera antología personal. Ediciones Taller, Panamá, 1982. | 1982 |
Plagio. Editorial Mariano Arosemena, Panamá, 1983. Concurso Literario Ricardo Miró. Sección poesía. Primer premio, 1982. | 1983 |
Los sueños ya perdidos. Poema. Universidad Popular de Azuero, Chitré, Panamá, 1985. | 1985 |
Revelaciones. Editorial Mariano Arosemena, Panamá, 1985. | 1985 |
Libro de los oficios. Revista universitaria “Re-Vista”. Panamá, 1986. | 1986 |
La luz de tu esperanza. Estudio y antología. Crisol, Chitré, Panamá, 1987. | 1987 |
El acto innecesario, Poemas. Cuaderno cultural. No.1 enero, 1987. Imprenta Universitaria, Panamá, 1987. | 1987 |
El gran vidrio. Poema, 1988. | 1988 |
El cerco de las ansias. Pentateuco. Formato Dieciséis, Panamá, 1990. | 1990 |
Mis versos de otros. Editorial Mariano Arosemena, Panamá, 1990. 2a. ed. Editorial Portobelo, Panamá, 2001. | 1990 |
La rueda dentada. La invención de Guillén. Editorial Universitaria, Panamá, 1991. | 1991 |
Voces de un relato aprendido. Presencia de Gustavo Batista Cedeño. Panamá, 1992. | 1992 |
Actualidad de la conciencia mítica. A propósito de la obra pictórica de Raúl Vásquez. Galería Habitante, Panamá, 1993. | 1993 |
La canción del pordiosero. Instituto Nacional de Cultura, Panamá, 1994. Concurso Literario Ricardo Miró. Sección poesía. Primer premio, 1993. | 1994 |
Arcaicas maneras. Homenaje a José de Jesús Martínez. Universidad de Panamá, Panamá, 1994. | 1994 |
Un cuento de Pedro Correa Vásquez |
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