PanamáPoesía.com

Canciones retorcidas VI,
por Roberto Fernández Iglesias

“Bajo las ramas oscuras caer el agua se oía”.

Antonio Machado

Empujó el botón varias veces
y al no obtener
el efecto buscado
iba perdiendo la paciencia
hasta que súbitamente
empujar el botoncito blanco
produjo la luz
y el hombre
se sintió
           un
                poco
                       creador
un poco nada más

La abulia dejó sus flores
descansando
en el centro
del pecho
y dormía tranquilamente
cuando la luz del sol
fue
creciendo
y el mar se mecía
en todas sus direcciones

La diferencia
que
existe
entre
las
palabras
y
entre
las
cosas
es
más
amplia
cada vez

Es imposible seguir así
se oye uno decir
y supone
          que repite
la frase una canción mala
o el diálogo de una telenovela
escuchada de reojo
Es imposible seguir así
uno repite en su interior
y piensa
que sobre esa oración
podría
        escribir
                     un
                            poema

Discutieron mucho
sobre
        la
estructura
             del
          tiempo
y el acuerdo llegó
cuando
        dormían
                  cansados

Salí de mi casa
ya mediada la mañana
y el sol me llenó
con la sensación del calor
y de los colores
que brotan de las cosas
Pensé que podía ser
una mañana digna
Mi mujer me dijo
antes de salir
que a medianoche
cerca de la casa
explotó una bomba

Sentado a la mesa
sacó papel de un cajón
y
       con
              una
                   pluma
                              negra
a un amigo lejano
iba escribiendo una carta

Corrió por las calles
con los pasos más largos
que salían de sus piernas
cuando quiso darle a su vida
un toque de locura
y no supo qué hacer
para completar la plenitud
con un poco de muerte

Hoy se me dio la idea
de ver el mundo
con los ojos de un niño
mas no pude
Sabía
     lo
        que
                estaba
                          haciendo

Vagó por muchos lugares
buscando algo
en qué pensar
y conocía perfectamente
cada rincón de la ciudad
aunque para llenar la alegría
los espacios de su mente
se puso a descansar
sobre la tierra

Un día quiso hacer
una serie de poemas
que hablarán de flores
y árboles y lluvias y lugares
lejanos o familiares
llamándolos por su nombre
y de personas sencillas
o simples si era posible
Al empezar a escribirlos
fue enterándose
                          No conocía
más que dos o tres flores
unos cuantos árboles
y los ríos y mares
se alejaban y nunca
había sentido la lluvia
y los lugares no dictaban versos
y las personas sobraban
en las palabras

El auto las casas la TV
las flores la luz
las mujeres el sueño las calles
los colores la voz
el saber
el grito aullido sirena
nada/nadie existe ya
ni uno mismo

En mi casa
dentro de mi origen
veo todas las tardes un avión
que se convierte en punto
más allá del mar
y siento deseos de regresar
a un sitio
en el que nunca estuve

Cuando niño viví
en un internado
y todas las tardes
veía un avión
con rumbo a mi país
y desde el salón de clases
o desde el campo de juegos
me distraje
con su paso cada tarde
hasta que sólo era
                     un punto
en mi imaginación


Publicado en: Revista Lotería, No. 215 (enero, 1974). Suplemento, Premios Miró 1973, Poesía y Cuentos.


Atras
Inicio
Adelante

Inicio | Poetas | Poemas a la patria | Himnos | Niños | Historia | Libro de visitas

Participar

Todos los derechos pertenecen a los autores y/o a las editoriales. Prohibida la reproducción con fines de lucro.

Si quieres apoyar a los poetas y escritores panameños, compra sus libros.

Para comentarios y sugerencias. Pulsa sobre el icono para enviar un correo al administrador del sitio Sugerencias a Francisco Palacios Coronel