“Bajo las ramas oscuras caer el agua se oía”.
Antonio Machado
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Empujó el botón varias veces
y al no obtener
el efecto buscado
iba perdiendo la paciencia
hasta que súbitamente
empujar el botoncito blanco
produjo la luz
y el hombre
se sintió
un
poco
creador
un poco nada más
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La abulia dejó sus flores
descansando
en el centro
del pecho
y dormía tranquilamente
cuando la luz del sol
fue
creciendo
y el mar se mecía
en todas sus direcciones
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La diferencia
que
existe
entre
las
palabras
y
entre
las
cosas
es
más
amplia
cada vez
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Es imposible seguir así
se oye uno decir
y supone
que repite
la frase una canción mala
o el diálogo de una telenovela
escuchada de reojo
Es imposible seguir así
uno repite en su interior
y piensa
que sobre esa oración
podría
escribir
un
poema
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Discutieron mucho
sobre
la
estructura
del
tiempo
y el acuerdo llegó
cuando
dormían
cansados
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Salí de mi casa
ya mediada la mañana
y el sol me llenó
con la sensación del calor
y de los colores
que brotan de las cosas
Pensé que podía ser
una mañana digna
Mi mujer me dijo
antes de salir
que a medianoche
cerca de la casa
explotó una bomba
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Sentado a la mesa
sacó papel de un cajón
y
con
una
pluma
negra
a un amigo lejano
iba escribiendo una carta
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Corrió por las calles
con los pasos más largos
que salían de sus piernas
cuando quiso darle a su vida
un toque de locura
y no supo qué hacer
para completar la plenitud
con un poco de muerte
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Hoy se me dio la idea
de ver el mundo
con los ojos de un niño
mas no pude
Sabía
lo
que
estaba
haciendo
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Vagó por muchos lugares
buscando algo
en qué pensar
y conocía perfectamente
cada rincón de la ciudad
aunque para llenar la alegría
los espacios de su mente
se puso a descansar
sobre la tierra
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Un día quiso hacer
una serie de poemas
que hablarán de flores
y árboles y lluvias y lugares
lejanos o familiares
llamándolos por su nombre
y de personas sencillas
o simples si era posible
Al empezar a escribirlos
fue enterándose
No conocía
más que dos o tres flores
unos cuantos árboles
y los ríos y mares
se alejaban y nunca
había sentido la lluvia
y los lugares no dictaban versos
y las personas sobraban
en las palabras
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El auto las casas la TV
las flores la luz
las mujeres el sueño las calles
los colores la voz
el saber
el grito aullido sirena
nada/nadie existe ya
ni uno mismo
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En mi casa
dentro de mi origen
veo todas las tardes un avión
que se convierte en punto
más allá del mar
y siento deseos de regresar
a un sitio
en el que nunca estuve
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Cuando niño viví
en un internado
y todas las tardes
veía un avión
con rumbo a mi país
y desde el salón de clases
o desde el campo de juegos
me distraje
con su paso cada tarde
hasta que sólo era
un punto
en mi imaginación
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Publicado en: Revista Lotería, No. 215 (enero, 1974). Suplemento, Premios Miró 1973, Poesía y Cuentos.
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