“La vida sin la base consciente del ser es como un buque sin timón”.
Majarishi Mahesh Yogi
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Suspendida la enorme cantidad
de ruidos que lo rodeaban
todavía siguió andando
como todos los días
corriente tras corriente tras corriente
de agua silenciosa
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No se puede decir
tripas
y oler la hierba
para observar al mundo
a través
de un bulto
de cabello
Ayer sembró el limonero
Hoy espera pacientemente
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Pasaba todo el día
frente al televisor encendido
y la mañana entera
más parte de la noche
Nadie sabe por qué
la tarde que apareció
la muerte buscando al viejo
el aparato se descompuso
irremediablemente
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(Es la misma vieja historia
escrita por nadie
en la que el animal muere
cuando su compañero dueño
desaparece)
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Caminó detrás de los hombres
y dormía confiado
en la belleza que miraba
por las orillas de los caminos
Mas ahora
sentado con la hierba
y las flores
siente la humedad
de la tierra
y ve pasar a los hombres
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Tomó el instrumento
y para recordar a la muerte
con
un
poco
de
locura
y una pizca de alegría
cantaba algo dulce
sobre los arbustos verdes
de las laderas del monte
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En la ciudad donde vivo
hay un Café
que me gusta
porque veo al mar
muy cerca
y deseo escribir poemas
y hablar de las gaviotas
Eso hago ahora
veo
al mar
y escribo
sobre las gaviotas
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Pidiendo permiso
a la dueña de la casa
sacó agua del pozo
y la bebía con tal gusto
que el agua brincaba
cayéndole sobre el pecho
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Abrieron el agujero en la pared
y después
de sacar el cuerpo
por ahí
la casa recuperó su completud
y la memoria
no deseaba
olvidar
al hombre
por eso
hicieron los altares
y las velas
y el último retrato
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Publicado en: Revista Lotería, No. 215 (enero, 1974). Suplemento, Premios Miró 1973, Poesía y Cuentos.
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