“Non omnes arbusta juvant, humilesque myricae”.
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En el restaurante
donde desayuné hoy
trabaja una mujer embarazada
y una vez
sin quererlo
la sorprendí distraída
mientras
acariciaba
la
barriga
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En algún sitio lejano
como sucede
en toda historia
que
se
respete
han erigido
un monumento
a la memoria
y lo construyen
con piedra frágil
para poder destruirlo
cada
día
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La flor de muchos pétalos
en el aire duerme
y se mueve
Nosotros muchos pétalos
al movernos
cuando
el
aire
cambia
caemos
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La desesperación
es una marca
en la conciencia
porque todo aquel que espera
está
definitivamente
muerto
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Me pongo a contar los pétalos
y pudiera entonces
pensar en absoluta
nada
pero las suavidad
de la flor
escapa por mis dedos
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Se empecinó en contarlo
llamando en su auxilio
a todos los artífices
que en la historia existiesen
pero se le escapa
todavía
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Entraría al baño
a sentir
el frescor del agua
Al desnudarse
cerró la ventana
y la ropa
fue ordenada
sobre una silla
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Publicado en: Revista Lotería, No. 215 (enero, 1974). Suplemento, Premios Miró 1973, Poesía y Cuentos.
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