Te apesadumbras
porque estás sola
en el centro del mundo
del mío
Te apesadumbras
porque tu cuerpo ha crecido
al nivel del infinito
del amor
Te apesadumbras
y ya no sé qué hacer
porque no han comido
y tú no puedes impedir
el transporte de tu cuerpo
hasta los límites del embeleso
Te apesadumbras
y pierde su equilibrio el mundo
el mío
el nuestro
Publicado en: Revista Lotería, No. 210, julio, 1973.