 |
|
|
|
Ya la noche ha desplegado sus crespones vaporosos,
tiembla el viento con rumores de cadencias indecisas,
en el cielo las estrellas desparraman sus sonrisas
y las nubes van trazando sus fantásticos esbozos.
|
El rumor de los frondajes son coloquios amorosos
de los silfos y las hadas, con suspiros y con risas,
y cabalgan en los aires al impulso de las brisas,
como besos insonoros, mil aromas caprichosos.
|
En las redes de la selvas se enredaron aquilones
que viajaban altaneros; y nos da sus embelesos
ese ambiente de misterio que hipnotiza corazones.
|
Todo se hunde entre neblinas como en raros aderezos,
y las almas se adormecen al arrullo de oraciones,
y despiertan los sentidos al conjuro de los besos.
|
Publicado en:
Nuevos Ritos, Nº 51 de 15 de septiembre de 1909.
|
|
|
|
|
|
 |