Venerados maestros,
escuchad mi canto;
es canto del alma.
Dejad que mi lira
al emprender su vuelo
por mundos de ensueños,
ansiosa de azul,
sedienta de cielo,
bañe en vuestro recuerdo
sus alas de luz;
Dejad que mi alma cual arca cerrada
abra en este día sus puertas de plata
y os brinde un tesoro:
Amor, Gratitud.
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